ENSAYO
EQUILIBRIO DE PODERES
Montesquieu en su obra El espíritu de las leyes, precisa el poder como
un órgano. En esta se presenta una visión de los poderes del Estado: Ejecutivo
representado por el Gobierno, el Legislativo por el congreso y el judicial por
los Tribunales de Justicia.
La partición de poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, está centrada
en la necesidad de que exista como le dijeron John Locke y Montesquieu,
contrapesos y equilibrios teniendo un balance entre los diferentes poderes del
estado para que a través de los controles que hay entre los unos y los otros sea
garantizada la igualdad de derechos congénita a una democracia mediante la
repartición de responsabilidades y controles entre los diferentes poderes.
El principal objetivo de este concepto es evitar que alguna de las ramas
del poder se convirtiera en suprema y mejor hacer que estas trabajen y cooperen
recíprocamente para el buen funcionamiento del estado mediante un sistema donde
sean garantizados el balance y el contrapeso entre las ramas del poder que debe
ser una característica ineludible en un estado de derecho propio de las
democracias liberales. Con esto se procura generar una sucesión de reglas y
procedimientos que permita que una de las ramas restrinja a la otra.
En la constitución de 1991 se acoge un sistema flexible de repartición
de las distintas ocupaciones y funciones del poder público que se une con el
principio de de la buena colaboración entre los distintos órganos del estado y
distintos mecanismos de freno y contra peso entre los poderes. El piloto por el
cual optó la constitución de 1991 mantiene el criterio conforme al cual, por
virtud del principio de separación, las funciones necesarias para la ejecución
de los fines del estado se atribuyen a órganos autónomos e independientes. Aun
así, la idea de la separación está matizada por las exigencias constitucionales
de una colaboración armónica y controles recíprocos. En contiguo la
organización constitucional descrita se atribuye al modelo de frenos y contrapesos
que no solo tiene como fin lograr mejor y mayor eficacia en el desarrollo de
las funciones mediante las cuales el estado atiende a la satisfacción de sus
fines, sino especialmente de garantizar en parte libertad para las personas
como resultado de la limitación del poder que resulta de esa distribución y
articulación de competencias.
Analizando lo anteriormente mencionado pienso que los motivos por los
cuales es trascendental en términos políticos que Colombia tenga una separación
en su poder público, es que indispensablemente exista equilibrio entre las tres
ramas del poder en la cual cada una con sus respectivos integrantes desempeñen
con su función y realicen sus controles específicos para el bien de nuestro
país de la manera más adecuada y legal y que haya una democracia en la
distribución de las responsabilidades. Es de gran importancia que cada una de
las ramas tenga sus propios controles y roles específicos, pues de no ser así
no se podría garantizar el buen funcionamiento y sería inadecuado dado que cada
rama buscaría sobresalir sobre la otra y lograr tener mayor poder. Para concluir agrego que la idea no es tener un debate
en torno a la necesidad o no de tener un gobierno con súper poderes sino de
lograr finalmente que nuestro Estado tenga un Ejecutivo decidido a buscar el
bienestar de sus ciudadanos, un Judicial administrando y aplicando justicia con
equidad y sin ningún tipo de preferencias y un Legislativo libre de corrupción
y sin la necesidad de acudir a prácticas totalmente inadmisibles en un sistema
democrático.
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